Saturday, August 29, 2009

Once in a blue moon




















Esta foto es un experimento...

Cámara: Samsung Digimax S500.
Tiempo de exposición: 1/60 seg.
Apertura del lente: F/3.6

Método: Afocal, a través de prismáticos Zhumell 20x80. Modifación del color y el brillo de manera digital.

Friday, August 28, 2009

"Blog"

Es curioso, pero la palabra "Blog" me acuerda a mis días en maternal, cuando nos ponían a jugar con unos cubos de colores. Era bastante divertido. Particularmente me gustaban unos que parecían lego, sólo que más grandes y con formas nada complicadas. Una vez después de jugar con los cubos nos llevaron a clases de inglés, ahí había que escribir todo con bolígrafo, no podíamos equivocarnos. Pero yo me equivoqué. No tenía ni la mas remota idea de que hacer; fue entonces que descubrí, gracias a un compañerito, la magnificencia del tachón. Cuantos tachones de ahí en adelante... Recuerdo que hasta cuando escribía a lápiz tachaba, por el simple hecho de no voltear y borrar. Aprendí muchas cosas en ese maternal, incluso a corretear unas guineas que se lo pasaban vegetando en el patio. Otra cosa que también era divertida, era llegar del maternal a ver Félix el gato, eran bastante existenciales esos muñequitos, aunque debo admitir que mis preferidos eran los del festival de los robots, especialmente El Vengador, esos los ví hasta mucho después de haberme graduado de ya se leer.

Thursday, August 27, 2009

e-mails entre Fulanita y Menganita

HBD, BFF!! me apareces offline en FB, brb en MSN, y no tengo tu BB pin. LOL! Where r u?? txt me a SMS plz.

XOXO,
Fulanita.


Gracias por la felicitación, pero mi cumpleaños es en 6 meses, sólo lo pongo así para reconocer a mis verdaderos amigos (los que si saben cuando cumplo años). No estoy offline en Facebook, lo que pasa es que te tengo en una lista “especial.” Tuve que ponerme que regresaba enseguida en msm, porque la cantidad de dibujitos palpitantes y psicodélicos que me aparecen cuando me escribes me estaba causando daños cerebrales. No tienes mi pin de blackberry, porque no uso eso; tengo un Alcatel a prueba de todo. No creo que te mande un mensaje de texto por el celular, porque me sale más caro el tiempo que invierto en puyar las teclas hasta encontrar la letra que va, que una llamada breve (de todas formas no esperes la llamada tampoco).

Saludos Cordiales,
Menganita.

Wednesday, August 26, 2009

Why Rock Climbing?

I never liked baseball or basketball… Well the only sports that I used to play in school were on Nintendo. So, when Carlos and Quírico invited me to practice Rock Climbing I accepted because it involved risk, ropes, heights, swat style equipment, and all that stuff, besides the course was given by Young Life, an entity with a quorum full of girls from different schools. The point is that I begun to get involved more and more with this sport, and I realized that it was different from all the rest. At the beginning I thought that it was a matter of one against the rock, not a team, where a player can rely on the others, and still emerge victorious. But I didn’t realize that actually, it is a matter of facing an enemy, that was immutable to insults, an enemy that won’t get disturbed with mental games, or intimidated with anything; it was just there, and would remain there after we leave the place, with a victory in our pockets, or frustrated with an incomplete route. With time I realized that Rock Climbing means much more than that. I realized that it means hard working afternoons, tendinitis, a lot of falls, wasp stings, broken bones, infections, etc. But also I learned that it means a cold beer with a bunch of friends in a remote place after a day full of 5.11’s. I learned that it means trying the route again tomorrow… and the day after. It means sleeping under the stars, on a solitary beach, after eating sausages with sand, and sangria; hours and hours of driving, listening to Pink Floyd, Rush and Juan Luis Guerra, get stuck in the middle of a river and seize the situation, swimming in that same river; look for some refuge, under a storm at 3:00 A.M. after camping without tents, because “in Barahona it never rains”; it means yelling from the belay station to a climber that is on the crux of the route: “come on, you can do it”; it means to be on the crux of the route, with no more strength, preparing to fall, and in that moment hearing someone yell from the belay station: “come on, you can do it”, and find the strength to pass the crux and complete the route; it means be on the top of “Camaleón”, look at the landscape, and feel like a giant instead of small. I realize that Rock Climbing is not about fighting against the rock, but fighting against our own paradigms, against our prejudices, against our limits; it’s a challenge against ourselves, where the stone is just a medium. And where we are not alone, but with all the people involved in this sport, from whom we'll never stop learning, and who we need to belay us, not only in climbing, but in life.

Monday, August 17, 2009

¿Por qué Rock Climbing?


Es una pregunta recurrente que siempre hacen las personas. ¿Qué le ven a eso? ¿Cuál es el placer? Bueno, esto lo escribí hace un tiempo, en el foro de escaladores dominicanos, y creo que responde, por lo menos desde mi punto de vista, estas cuestiones:Nunca me gustó la pelota, nunca me gustó tampoco el Basquetbol; bueno, realmente el único deporte que se podría decir que practiqué en el colegio fue "game", aquel que se jugaba con una pelota de raquet ball, que picaba más que el diablo. El caso es que no me gustaban mucho los deportes, así que cuando acepté la invitación de Carlos Sánchez y Quírico para conocer el Rock Climbing, lo hice por el hecho de que involucraba riesgo, sogas, alturas, rapell,equipo estilo swat, y todas esas cosas. Además el curso lo impartía Young Life, entidad que contaba en aquel entonces con un nutrido quórum de féminas de los diferentes colegios de la capital. El punto es que empecé a involucrarme cada vez más con el deporte, y medi cuenta de que era diferente a todos los demás que conocía. Al principio entendía que en esta actividad era uno contra la piedra, que no era un equipo, donde un jugador podía, de vez en cuando, recostarse de los demás, y aún así salir victorioso, no entendía que aquí era yo solo, contra un enemigo que no se inmutaba con insultos, que no se perturbaba con juegos mentales, que no se intimidaba con nada, que simplemente estaba ahí, que seguiríaahí cuando recogiéramos y nos fuéramos contentos por una victoria, o frustrados por una ruta incompleta. Con el tiempo aprendí que el Rock Climbing, significaba mucho más que eso, me di cuenta que significaba tardes de de esfuerzo constante, de persistencia; significaba torceduras de músculos, bastantes caídas, picadas de avispas, roturas de huesos, infecciones, etc. Pero también aprendí que significaba una cerveza fría, con cheetos de harina, en uncolmadito en el culo del mundo, con un grupo de panas, después de una jornada de cinco punto onces; que también era, volver mañana e intentarlo otra vez, y pasado mañana; que significaba dormir bajo las estrellas en una playa virgen, luego de haber comido salchichasllenas de arena calentadas en la fogata oyendo cuentos y bebiendo sangría; salir a comer fritura, de noche en un pueblito remoto; horas y horas de carretera oyendo Pink Floyd, Rush y Juan Luis Guerra; quedarse enchivado en medio de un río, con el lodo cubriendo el diferencial, y aprovechar para bañarse en el mismo río; buscar donde meterse cuando nos cae un aguacero a las tres y media de la mañana en Barahona, sin haber llevado casa de campaña, porque en esa zona hace mucho calor y nunca llueve; reunirnos con velas a tocar guitarra frente al congreso en protesta por la ley ambiental; gritarle desde abajo a otro escalador, cuando esta en el crux de la ruta: "dale coño, k tu puedes"; estar en lo mas alto de una ruta, en la parte mas difícil, faltándote centímetros para terminar, y sentir que las fuerzas no te dan, que te darás por vencido, que hasta ahí llegaste, y escuchar que desde abajo te grita un amigo: "dale coño, k tu puedes", y sacar fuerzas de algún lado y completar la ruta; es estar en el punto más alto de camaleón, ver el paisaje, y no sentirte pequeño, sino sentirte grande. Comprendí, que la escalada no se trata de luchar contra un enemigo que es la piedra, sino de luchar contra nuestros propios paradigmas, contra nuestros prejuicios, contra nuestros "limites"; es un reto contra nosotros mismos, donde la piedra es sólo un canal, y donde lejos de estar solos, contamos con el apoyo de todas las personas que están metidas en esto con nosotros, de quienes sin duda nunca terminamos de aprender, y a quienes necesitamos más que para hacernos belay en la ruta, para hacernos belay en la vida.

Pal Mogote con RHCP

Hace un par de noches soñé algo bastante extraño. Tenía la misión de escalar el mogote (Jarabacoa), llevando a cuestas nada más y nada menos que a los Red Hot Chili Peppers. Me explico, mi mochila era algo parecido a esas canastas que usan los sherpa en el Himalaya, pero lo suficientemente grande como para que cupiera la banda completa con todos los instrumentos (incluyendo la batería de Chad Smith). Una de las reglas era que mientras subíamos, (mientras subía yo, que era el cargaba con todos), los chili no debían dejar de tocar bajo ningún concepto. Así que empezamos nuestra escalada, desde el monasterio que está en la base de la montaña, al ritmo de "True Men Don't Kill Coyotes". Cuando ya llevaba un buen rato de ascenso noté que no estaba escuchando el bajo; miré sobre mi hombro y me di cuenta que Flea estaba tratando de bajarse de la canasta; por suerte, yo llevaba un látigo, especialmente pensado para estos casos. Me quité la mochila, la coloqué despacio y con cuidado en el suelo y arremetí con el látigo contra el bajista, quién desertó de su frustrado intento de escapar, trepó nuevamente dentro de la canasta, tomó su instrumento y continuó tocando "Behind the Sun". El trayecto hasta el mogotico, (allá donde a Carlos casi le dio hipotermia una vez que fuimos con Beto y el Grifo), se me hizo bastante corto (no hay que olvidar que era un sueño). Durante el camino, cuando notaba que empezaban a tocar más lento, recolectaba pitufresas silvestres del camino y las lanzaba hacia atrás, sobre mi cabeza; ellos las cazaban al vuelo y seguían tocando a ritmo normal. Entre el mogotico y la cima tuve que usar el látigo por lo menos tres veces, siempre con Flea, estaba insoportable. Por fin llegamos al final, donde me estaba esperando un helicóptero. Deposité la canasta sobre la torre de vigilancia (No entiendo que reglas físicas permiten que no se caigan esas ruinas) y luego abordé el helicóptero, mientras la banda tocaba “Aeroplane”. Me desperté.

Memoria a largo plazo

Eva me dijo una vez que la memoria a largo plazo empieza cuando uno tiene seis años de edad. No estoy de acuerdo en lo absoluto, claramente recuerdo estar acostado boca arriba en la terraza de mi casa jugando con un caballito de madera, cuando, de repente éste soltó uno de los tornillos, si, un tornillo, que fue a parar justo a mi garganta. Eso significó radiografías constantes para monitorear el curso del tornillo, hasta que la naturaleza tomó su curso y el elemento extraño salió. En ese entonces tenía poco más de dos años y como dije antes, los detalles aún están presentes en mi memoria.Hay muchos otros recuerdos de aquellos días, pero es difícil distinguir con claridad entre los recuerdos puros, y los que se fueron construyendo con el tiempo, en base a las anécdotas recurrentes de mis familiares cercanos, y los aportes de mi propia imaginación. Lo anterior es para dejar claro que los hechos que relato a continuación, pueden estar matizados con pinceladas de ficción, pero en el fondo son bastante reales.La familia de mi padre es de Dajabón, así que era común que siendo yo niño pasara temporadas en casa de mis distintas tías, que vivían en aquella provincia fronteriza, donde los largos apagones que dejaban sin energía eléctrica a la población durante horas y a veces hasta días, eran tan comunes como divertirse yendo al matinée, o sentarse en el parque a comer dulce de raspadura.Tendría yo unos ocho años de edad, aquella noche escapada de Dios, cuando me mandaron al colmado del Chino Yoni, a comprar hielo. No había luz desde hacía dos días, pero el chino tenía una potente planta que funcionaba como heroína del barrio La Fe. Desde la casa de mi tía hasta el colmado habían solamente un par de cuadras, pero los alrededores del camino estaban llenos de montería, lo que sumado a la oscuridad, hacía el trayecto, para un niño de mi edad extremadamente largo. Recuerdo que cuando me enviaban a algún mandado, lo hacía corriendo lo más rápido que mis fuerzas me permitían y además iba cantando todo el camino canciones de muñequitos. Esa noche no fue diferente, hasta que a mitad del camino, tropecé con un peñón y caí al suelo. Me pelé las dos rodillas, y cuando me levanté y miré hacia delante, tenía frente a mí, la visión más horrorosa que haya experimentado en toda mi vida. Claramente podía ver como en mitad del camino estaba este señor, machete en mano con el cuerpo aparentemente sin vida de una mujer, a los pies. Ambos pálidos como la leche. Casi podía verse a través de ellos (de hecho recuerdo que podía hacerlo). El caso es que me miró aquel individuo, con los ojos inyectados en sangre y la respiración agitada, como si acabara de terminar una maratón. Se llevó el dedo índice de la mano que tenía libre a los labios, y me hizo la seña de silencio. Yo me quedé inmóvil, cerré los ojos y empecé a cantar. Cuando por fin me tranquilicé, estaba en el colmado del chino bebiendo refresco rojo y comiendo pan con mambá. Los que me llevaron allí dicen que cuando oyeron la bulla salieron corriendo a ver que me pasaba, y que me encontraron con los ojos cerrados las manos en los oídos, y gritando a todo galillo la letra del galáctico. No les conté lo que vi, no me hubiesen creído de todas formas.